Cortezas
La piel de los árboles no deja de ser un testimonio de la vida de los mismos, en la que quedan grabados los episodios soportados a lo largo del tiempo: impactos, incendios, plagas, heladas, etc. que dejan su impronta a modo de cicatrices, desconchados, manchas, o simplemente decoloraciones que revelan la fuerza y la resistencia de estos árboles que han sobrevivido a innumerables ciclos de crecimiento y renovación.
A veces nos podemos sorprender por patrones interesantes formados por surcos o líneas de colores, o por formas en las que a modo de pareidolia creemos distinguir figuras reconocibles o paisajes imposibles.